viernes, 26 de noviembre de 2010

el principio de algo (tercera parte de cuatro)

Pensé, pensó. En las teclas
Las teclas que el personaje fue apretando a lo largo de este tiempo de la historia. Desde la computadora, desde la mirada hacia la pantalla. El guión de la vida de otro. Un espejo en donde lo único que se podía reflejar era su rostro aunque se pusiera el disfraz: el del Hombre Araña, el de Batman o el del Zorro. El antifaz, la máscara escondiendo la verdad. Porque siempre es mejor creerse un super héroe o simplemente un héroe, antes que un tipo de esos que pasan por la vida siendo felices con poco y a los que él envidia secretamente. El necesita la exuberancia, la sofisticación, la complejidad de la felicidad para ser feliz. De la misma manera sufre el dolor de la pérdida. El es un artista y los artistas necesitan del éxtasis y del sufrimiento. "La agonía y el éxtasis" el título de la película sobre Miguel Angel que diirigió Carol Reed.
Camina, mira una calle, cualquier calle y llora. Sigue caminando, llega al río, ve la gente que deambula con sus chicos, dos viejos sentados mirando hacia la isla, tomados de la mano. Una chica con patines de la mano de otra chica con patines. Una pareja llevando un cochecito. Dos flacos tomando cerveza del pico de una botella. El vuelve a llorar. Todo es todo, todo es recuerdo, todo tiene partes de todo. Imposible despegarse. La ciudad lo tiene a él y la tiene a ella en partes iguales y en partes desiguales de angustia: "es imposible medir la angustia, idiota" resuena esa lejana voz. En el minimarket hay wi fi y la lata de coca zero tiene una estilización que supone que es producto de un diseño nuevo, más atractivo. De repente las latas de gaseosas desaparecieron de las heladeras de los mini shop o de las estaciones de servicio. Pero ahora están regresando en su nueva versión, símil a la que ya ha visto en otra parte del mundo. ¿En qué parte del mundo? No importa. El camino se corta o se interrumpe y se sigue o se toma un desvío o se detiene hasta que el bache, hasta que el asfalto se recomponga. Un cielo con una nube que tapa la claridad, que de repente trae una oleada de frío. Mientras la nube esté allí el tiempo también se detiene y es necesario buscar un abrigo o buscar refugio. ¿Es una nube? es una nube, no hay duda, se mueve como una nube, es del color de las nubes, liviana como las nubes, indecisa.
Si y no. Tal vez, quizás. Nunca.
Nube prisionera de mi mente.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Carver en Rosario

Se cuenta que Raymond Carver estuvo en Rosario en 1980 y dió una charla en el Jockey Club, también se dice que escribió el poema que sigue luego de abandonar la ciudad.
No sé cuánto hay de cierto en esa visita ni en este poema.

CUTLERY

Rodaba el anzuelo veinte pies detrás del bote,
bajo la luz de la luna, cuando el enorme salmón dio con él,
y salió tieso fuera del agua. Como sostenido en su propia cola.
Cayó después al agua y desapareció.
Conmocionado, puso proa al puerto
como si nada hubiese sucedido. Pero sí.
Sucedió. Y del modo en que lo he narrado.
Llevé ese recuerdo conmigo a Nueva York
y más allá. A todos las sitios en donde estuve
a lo largo del camino hasta aquí,
la terraza del Jockey Club,
Rosario, Argentina.
Desde donde miro el ancho río
que refleja la luz de las ventanas abiertas del comedor.
Estoy fumando un cigarrillo,
escuchando el murmullo de los oficiales y sus esposas,
el sonido dispar de los cubiertos sobre los platos. Estoy vivo
y bien, ni feliz ni infeliz,
aquí, en el Hemisferio Sur. Por eso soy el más sorprendido
al recordar aquel pez perdido
alzándose del agua y retornando a ella.
El sentimiento de pérdida que me embargó entonces
aún me embarga. ¿Cómo transmitir esto qué siento?
Adentro ellos siguen conversando en su propia lengua.
Yo decido caminar. Junto al río.
Es la clase de noche que acerca ríos y hombres.
Voy en una dirección. Me detengo,
descubro que no me acercaba. No en los últimos tiempos.
Es esta espera lo que me ha acompañado
dondequiera que fuere. Pero ahora se abre
la creciente esperanza de que algo va a alzarse
y volverá a caer.
Yo sólo quiero oírlo y seguir camino.

domingo, 7 de noviembre de 2010

la vuelta de Hal Hartley

En en el Festival de Mar del Plata hacen una retrospectiva de Hal Hartley. Es la primera vez en 8 años que no iré al festival y me pierdo una de las restrospectivas que más curiosidad me despierta. A principio de los 90 Hartley representaba de alguna manera la continuación del cine independiente de tipos como Jim Jarmusch. En realidad creo que a partir de Hartley se empezó a acuñar el termino "indie" para ese tipo de películas. Fui un seguidor de los films de Hartley, todavía tengo algunas copias en VHS de las películas que en aquél momento se editaron en Argentina. Pero a mediados de los 90 le perdí el rastro a tal punto que me había olvidado de sus películas a las que recuerdo fragmentariamente. Trabajaba (o trabaja) casi siempre con los mismos actores, incluyendo al argentino Martin Donovan.  Sus films tenían cierto refinamiento y sofisticación pero acompañada de un registro muy real de los personajes, muchos de ellos habitantes de Long Island y provientes de una clase trabajadora. Hartley fue moda y ahora lo recuperan desde un festival. Me interesaría saber que pasó con este director.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Volver al cine

Fueron días en los que no se podía pensar demasiado en algo específico, no sé, tal vez me haya pasado a mi y calculo que a otra gente también. De repente me sentí, me senté escribiendo acerca de lo que veía, de lo que me pasaba y dando por sentado de que lo que me pasaba también le estaba sucediendo a otra gente. Como una necesidad de desahogo o algo por el estilo. Y en ese ir y venir del pensamiento se me cruzaba por la cabeza las películas por hacer, la lista de esas películas que está tirada sobre la mesa y presentada en convocatorias, concursos y todo lo que uno pueda. Pero hoy no sá cuál de todos los proyectos vale la pena.   Mis proyectos no están atados a una realidad inmediata, ni tienen una conexión directa con la coyuntura pero por momentos siento el peso de la duda, ¿a dónde ir? ¿qué película hacer? Y como siempre la respuesta es "no importa, algo surgirá"