sábado, 28 de noviembre de 2009

el principio de algo XXI

Nunca estuve fue la respuesta que le llegó a través de un mensaje de texto. Es probable que su imaginación haya creado a esa mujer de la misma manera que podía controlar el tiempo de esa noche interminable . El tiempo y la mujer, las dos obsesiones de él. Había escrito y seguiría escribiendo sobre esos temas y quizás nunca podría escribir sobre otra cosa. Por eso tal vez se haya fugado hacia su propio mundo, hacia su propia invención. Ya no llovía y él ya no recuerda si relataba esta historia en presente o estaba/está narrada desde uno de los tantos pretéritos que aprendió en la escuela pero que ahora no recuerda. Quizás no importe o tal vez deba recorrer los 20 o 19 capítulos escritos y a partir de allí decidir o corregir o dejar todo como está.
Sintió su cuerpo cansado, pensó en dormir un rato antes de seguir con la investigación sobre el futuro asesinato de la vietnamita. Pero si dormía el tiempo volvería al lugar del inicio. Entonces había que volver atrás pero dos o tres horas. Volver atrás. Lo hizo y después entró a un hotel diferente al del comienzo y pidió una habitación con cama matrimonial. Se desplómó sobre el acolchado y encendió la tv. Hizo zapping quería buscar un canal de música, pero de música antigua, entonces encontró un canal de video clips que solo pasaban clips producidos entre 1967 y 1979. Cerró los ojos y despertó 2 horas después con las voces de Earth, Wind and Fire y una explosión que hizo volar en pedazos la puerta de su habitación. Después de la explosión solo humo, mucho humo. El se incorporó en la cama y abrió la ventana. Una escalera de emergencia salía desde ese mismo lugar. Se lanzó por la escalera mientras escuchaba gritos a sus espaldas. saltó a un callejón y encontró un auto con una pareja besándose en su interior. Los hizo bajar al mejor estilo película policial y arrancó en ese diminuto Reanault a toda velocidad. Su celular comenzó a sonar. Atendió.
- No vas a poder escapar, nadie escapa de las pesadillas.
- Nadie escapa de los mejores sueños y en eso estoy -respondió para luego cortar y pensar que acababa de decir una de las boludeces más grandes de su vida.


sábado, 21 de noviembre de 2009

el principio de algo XX

Cómo decir te amo sin herir escribió en su bitácora, en su cuaderno, en su libreta de apuntes. Escribió pensando que podía decir te amo y sin embargo hacer daño. No siempre el querer, no siempre el amar suponen la felicidad de dos personas... o de tres. Era algo que le rondaba la cabeza. La chica le había dejado la nota y era muy clara
No quiero esperar más un beso.
No quiero esperar más un gesto de amor. Es demasiado cruel. Si puedo amarte en mi, mejor así, si no es preferible pensarte muerto. El error fue creer que te podía tener, eso se me hace intolerable el hoy. No quiero esperar más.
Sigamos juntos para siempre, desde tus ficciones. No voy a quedarme esperando más de este amor.
Hasta aca, mi amor. Nos cruzamos en mis sueños, ¿en tus sueños? ¿en tus relatos?
Fue un placer. Tenias razón.
El terminó de leer la nota y la recordó con su paraguas bajo la lluvia, la recordó en esa pequeña habitación cuando las llamas los invadían. La recordó hablándole toda la noche sin parar y recordó esa sonrisa cómplice que lo atrapaba. Entonces escribió la frase varias veces y la tachó otras tantas. ¿Cómo escribir sin herir? ¿Cómo amar sin herir? El amor es una herida absurda y como esa curda tan fugaz, nada más, y cambiaste de tiempo y de amor y de música y de ideas y un sensual abandono vendrá. Y cierras los ojos y ves todo el mar en primavera.
El pensó pero se dió cuenta que no hacía otra cosa más que pensar y que la moneda cayó por el lado de la soledad. Todo lo que termina termina mal.
Entonces decidió responderle. La lluvia era una constante y la moto de agua con la vietnamita ya se había alejado. En esa noche había intentado escapar de su lugar seguro, había querido volar por los aires y transformarse en un héroe de novela negra. Pero cada uno lleva su propia cruz y él no podía dejar de ser quien era, aunque ese ser que creía ser también le resultaba extraño.
Alguien va subiendo la colina, será que la canción llegó hasta el sol.
Mi canción quiero que llegue hasta vos Leyó esto y lo tachó. Nada de cursilerías. Pero las cartas de amor son cursilería pura y él no era Sartre ni ella Simone de Beauvoir.
Pero él sintió que su escritura no decía nada nuevo, nada que no haya dicho, nada que pueda cambiar la situación. Salió corriendo y supuso que el solo hecho de correr lo iba a trasladar inmediatamente hacia ella, que sus piernas tenían la posibilidad de detectar y encontrar a esa mujer.
¿Dónde estás? fue la pregunta de toda la noche



viernes, 20 de noviembre de 2009

el principio de algo XVII


Alcanzar el destino siempre desilusiona un poco, pienso (Rodrigo Fresán en La velocidad de las cosas)

Seguir buscando esa mujer, esa joven mujer que había transtornado su noche era el motor para mantenerse delante del teclado. Encontrarla posiblemente significaría una desilusión. Ya la había encontrado más de una vez esa misma noche y la había vuelto a perder, pero en cada encuentro su rostro era diferente, mutaba, sin embargo él sabía que se trataba de la misma persona, como en un sueño o como en una pesadilla. Pero no, ni sueño ni pesadilla, realidad corrida del eje, esa definición le cabe mejor. Ahora la tormenta sacude las ventanas, él se asoma tras del vidrio y ve volar las hojas de los árboles y en el cielo también divisa algo o alguien que parece volar junto con las hojas: es la vietnamita subida a una moto de agua que surca el atravesando los rayos. El sube a la terraza y le hace señas para que lo lleve. Se sube en la moto de agua y arranca a toda velocidad.
- ¿Dónde estabas? pregunta él.
- Buscándote ¿acaso no tenés que resolver mi asesinato?
Él no sabe que responder. Ella lo mira y le dice: "Deberías estar ayudándome en lugar de escuchar esa mierda de Barry Manilow en tu computadora".
Lo que pasa es que tengo una regresión a mi adolescencia o primera juventud le contesta.
¿Adolescencia o primera juventud?
No sé, hacia ese agujero negro que fue el momento de mi vida en que vivía en una nube.
¿Y ahora?
El analizó la pregunta. Posiblemente ahora la nube sea otra. Nube número 9 de George Harrison o Es una nube, no hay duda de Vox Dei. Mientras tanto la tormenta lo golpeaba en la cara mientras la moto de agua acuatizaba frente a la Estación Fluvial.

jueves, 19 de noviembre de 2009

el principio de algo XVI

en esas carpetas estaba el libro que no quiso leer nunca, pero que siempre decía que leería, tal vez por miedo a que lo atrape, por miedo a tener que guardarse sus palabras,
- no sé, se dijo muchas veces, pero lo abrió y comenzó la lectura y después se detuvo y miró alrededor: muchos libros, muchos más de los que podrá leer en toda su vida, muchas películas, quizás a las películas las podrá ver, el tiempo de un film es distinto al de un libro, aunque para algunos no es así, pero qué importa.
Busca un tema el azar en el I tunes, Viejo Mundo de Fito, la escribió cuando tenía 20 años. Hay un sonido en esa canción que es muy típico de aquél momento, un fraseo en la manera de decir las letras, tanto él como Rubén (Goldín), unos acordes que son la marca del sonido rosarino de los 80. Una especie de poética pre-pop, oscura y densa. Un tango sin bandoneón. Otra vez la lluvia, ahora en su ventana mientras siente el aire del ventilador acariciándole la cara.

viernes, 13 de noviembre de 2009

diario de mardel 2

el cansancio me puede ¿será que ya no puedo ver películas a determinada hora del día o de la noche? quise ver Amer, una película que recupera el estilo de los films de Darío Argento. Pero no pude, el sueño me ganó, solo ví imágenes que me impactaron. me queda como deuda.
Tampoco encontré lugar en la película de Caetano, cuando entré la sala estaba llena de gente parada, por lo que decidí no verla, total se estrena seguro en los cines.

Acá un fragmento de una película que no vi pero que puede llegar a aparecer en cualquier momento

'La cerveza le estallaba entre su manos...

martes, 10 de noviembre de 2009

diariodemardel 1

casi las tres de la mañana en Mar del Plata y en el resto de Argentina, salvo san luis,
esta vez estoy en un pequeño hotel de casi media estrella, vi la película Kapanga Todoterreno hace un rato y la pasé bien 9 / 11 o madrugada del 10

CORTE A

Miércoles por la noche, retomo el diario del festival, en realidad lo comienzo o recomienzo, el sueño me gana por las noches y no sé si volveré a escribir antes de volver, veremos...
Esta vez estoy como jurado de la FEISAL, Federación de Escuelas de Imagen y Sonido de Latinoamérica, desde hace seis años siempre he tenido una buena excusa para pasar unos días en Mar del Plata en la época del Festival. He recorrido varias secciones, esta es mi segunda vez como jurado no oficial, son pocas las peliculas que tengo que ver lo que me permite mas tiempo para ver otras o más tiempo para no hacer nada.
Hace un rato vi Irene, de Alain Cavalier, película que sigue la línea de Le Filmeur, anterior película del mismo director. Cavalier trabaja sobre un cine autobigráfico tipo ensayístico, pero que va hacia lo íntimo personal y no hacia la reflexión filosófica política como suele hacer Godard.
El cine del yo, como a veces se lo denomina, va ganando espacio porque creo que plantea un abordaje desde lo formal y lo narrativo que resulta novedoso para un público desprevenido y un goce para los que esperamos estas cosas.